El pasado jueves en la mañana, Manuel Monsalve, exsubsecretario del Interior, vivió un tenso y peligroso encuentro con Antonella Marchant, la líder de la banda de narcotraficantes Los Marchant, quien cumple una condena de 15 años en la cárcel de Rancagua. La amenaza, que ocurrió en el Área de Salud Ambulatoria del penal, fue denunciada por Gendarmería ante la Fiscalía. Según los detalles revelados, alrededor de las 11:45 horas, Monsalve se cruzó con Marchant cuando salía de una consulta psicológica. Sin provocación alguna, la reclusa comenzó a proferir amenazas directas hacia el exsubsecretario, diciendo textualmente:Te voy a poner las manos Monsalve, así como voh (sic) le pusiste las manos a mi hermano. Durante la confrontación, Antonella Marchant apuntó a Monsalve con el dedo y, según fuentes, incluso hizo un gesto que simulaba cortar el cuello de la exautoridad. Ante esto, la amenaza de Marchant estaría relacionada con un episodio ocurrido durante la administración de Gabriel Boric, cuando, siendo Monsalve subsecretario del Interior, se llevó a cabo la demolición de los llamados narco mausoleos. La primera de estas destrucciones fue la de una construcción dedicada a su hermano, Diego Marchant, un miembro destacado del clan de narcotraficantes. Aunque la estructura fue desmantelada antes de la demolición, el grupo dejó un mensaje de desafío:Bukele de cartón. Tras el incidente, Gendarmería siguió el protocolo correspondiente y realizó una revisión de los reclusos implicados, constatando que no presentaban lesiones visibles. Sin embargo, la amenaza de Marchant violó el reglamento interno del penal, por lo que el hecho fue comunicado al fiscal de turno. Fuentes dentro del recinto señalaron que, ante el comportamiento de la reclusa, se estaría evaluando su traslado a otro establecimiento penitenciario. Finalmente, el episodio pone de manifiesto la tensión y el poder de los grupos criminales dentro de los recintos penitenciarios y la complejidad de las relaciones entre las autoridades y los líderes de estas bandas.
La defensa de Manuel Monsalve, exsubsecretario de Interior del gobierno de Gabriel Boric, ha solicitado que la prisión preventiva en su contra sea ejecutada en su domicilio y no en la cárcel, tras recibir amenazas de muerte en el penal de Rancagua. Esta solicitud fue presentada a través de un recurso de amparo ante la Corte de Apelaciones de Santiago, en el que sus abogados aseguran que el exfuncionario está expuesto a un alto riesgo dentro del centro penitenciario, dado su perfil y el tipo de acusaciones que enfrenta. Ante esto, Monsalve está imputado por delitos de violación y abuso sexual, motivo por el cual fue ingresado al penal de Rancagua, donde cumple la medida cautelar dispuesta por el 7° Juzgado de Garantía de Santiago. Sin embargo, según el escrito presentado, el exsubsecretario sería extremadamente vulnerable a ataques dentro de la cárcel debido a su rol como exresponsable de seguridad del país y la naturaleza de su caso, que involucra delitos de índole sexual. Asimismo, el recurso de amparo hace hincapié en un incidente ocurrido el 21 de noviembre, apenas 33 horas después de la llegada de Monsalve a la cárcel. Durante un traslado dentro del penal, el exsubsecretario fue objeto de una amenaza verbal por parte de Antonella Marchant, una de las líderes de la organización criminal Los Marchant, lo que habría incrementado la preocupación de su defensa por su seguridad. Las bandas y organizaciones con control sobre los recintos carcelarios tienen la capacidad de acceder a la vida e integridad de cualquier interno, y en el caso de Monsalve, eso lo hace un blanco fácil para ataques directos, señaló la defensa. Por este motivo, pidieron que se le permita cumplir la prisión preventiva en su domicilio o, en su defecto, en el recinto Capitán Yáber, un centro penitenciario sin la presencia de reclusos vinculados al crimen organizado. La solicitud de la defensa pone de relieve las tensiones dentro del sistema carcelario, especialmente en lo que respecta al tratamiento de personas involucradas en casos de alto perfil y la protección de su integridad física. Gendarmería de Chile, por su parte, tendría la potestad de implementar las medidas de seguridad necesarias, como el resguardo por parte de personal al interior o exterior del domicilio, para garantizar la seguridad del imputado. Finalmente, el recurso será evaluado por la Corte de Apelaciones en los próximos días, mientras Monsalve permanece en prisión preventiva a la espera de los avances en su proceso judicial.
El ministro de Justicia, Jaime Gajardo, negó que el exsubsecretario del Interior, Manuel Monsalve, enfrente riesgos de seguridad en la cárcel de Rancagua, donde fue trasladado tras ser acusado de delitos de abuso sexual, violación y violación tentada contra una funcionaria de Gobierno. Gremios de Gendarmería, como la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios (Anfup), advirtieron sobre posibles vulnerabilidades en el recinto penitenciario, citando un reciente intento de fuga y cuestionando la seguridad del establecimiento. Fuimos vulnerados por una cuchara, expresó el suboficial mayor César Guzmán en referencia al incidente. Sin embargo, el ministro Gajardo desestimó estas preocupaciones, afirmando que el informe técnico de Gendarmería avaló el traslado de Monsalve al módulo 86, un área destinada a imputados primerizos por delitos sexuales.Cada módulo está completamente aislado, lo que garantiza que no haya contacto entre reclusos de máxima seguridad y aquellos en el módulo donde está Monsalve, explicó. Finalmente, en el módulo 86, donde conviven cerca de 70 internos, Monsalve comparte celda con el exalcalde de Rancagua, Juan Ramón Godoy, y un excarabinero. Este sector alberga principalmente a exfuncionarios públicos y policiales, reforzando las condiciones de seguridad para los internos.
El suboficial mayor de Gendarmería y dirigente de la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios (Anfup), César Guzmán, expresó su preocupación por el traslado de Manuel Monsalve a la cárcel de Rancagua, donde, según el dirigente, existen serios riesgos de seguridad para el exsubsecretario del Interior. Monsalve, quien enfrenta acusaciones por abuso sexual, violación y violación tentativa en contra de una funcionaria del Gobierno, fue derivado al módulo 86 de este recinto, destinado a imputados primerizos por delitos sexuales. Ante esto, Guzmán detalló que el módulo, que alberga alrededor de 70 reclusos, incluye a algunos internos vinculados al crimen organizado, además de figuras de relevancia como el exalcalde de Rancagua, Juan Ramón Godoy. El dirigente denunció deficiencias en la mantención de la cárcel, a cargo de la empresa Siges, y señaló que recientemente se produjo un evento de fuga, donde un recluso logró escapar tras abrir su celda con una cuchara, lo que subraya la vulnerabilidad de la instalación. Cuando nos hablan de la cárcel de Rancagua como una prisión de alta seguridad, debemos recordar que la semana pasada fuimos vulnerados por una cuchara, afirmó Guzmán. Además, destacó que, debido a la presencia de internos vinculados al crimen organizado, Monsalve podría estar en peligro.No tenemos el personal adecuado para custodiarlo de forma directa, señaló, y enfatizó la carencia de recursos humanos para brindar una seguridad efectiva. Finalmente, el dirigente reiteró sus críticas hacia las condiciones del centro penitenciario, advirtiendo que cualquier intento de agresión contra Monsalve sería difícil de prevenir sin el personal necesario para ofrecer protección personalizada.
El pasado jueves en la mañana, Manuel Monsalve, exsubsecretario del Interior, vivió un tenso y peligroso encuentro con Antonella Marchant, la líder de la banda de narcotraficantes Los Marchant, quien cumple una condena de 15 años en la cárcel de Rancagua. La amenaza, que ocurrió en el Área de Salud Ambulatoria del penal, fue denunciada por Gendarmería ante la Fiscalía. Según los detalles revelados, alrededor de las 11:45 horas, Monsalve se cruzó con Marchant cuando salía de una consulta psicológica. Sin provocación alguna, la reclusa comenzó a proferir amenazas directas hacia el exsubsecretario, diciendo textualmente:Te voy a poner las manos Monsalve, así como voh (sic) le pusiste las manos a mi hermano. Durante la confrontación, Antonella Marchant apuntó a Monsalve con el dedo y, según fuentes, incluso hizo un gesto que simulaba cortar el cuello de la exautoridad. Ante esto, la amenaza de Marchant estaría relacionada con un episodio ocurrido durante la administración de Gabriel Boric, cuando, siendo Monsalve subsecretario del Interior, se llevó a cabo la demolición de los llamados narco mausoleos. La primera de estas destrucciones fue la de una construcción dedicada a su hermano, Diego Marchant, un miembro destacado del clan de narcotraficantes. Aunque la estructura fue desmantelada antes de la demolición, el grupo dejó un mensaje de desafío:Bukele de cartón. Tras el incidente, Gendarmería siguió el protocolo correspondiente y realizó una revisión de los reclusos implicados, constatando que no presentaban lesiones visibles. Sin embargo, la amenaza de Marchant violó el reglamento interno del penal, por lo que el hecho fue comunicado al fiscal de turno. Fuentes dentro del recinto señalaron que, ante el comportamiento de la reclusa, se estaría evaluando su traslado a otro establecimiento penitenciario. Finalmente, el episodio pone de manifiesto la tensión y el poder de los grupos criminales dentro de los recintos penitenciarios y la complejidad de las relaciones entre las autoridades y los líderes de estas bandas.
La defensa de Manuel Monsalve, exsubsecretario de Interior del gobierno de Gabriel Boric, ha solicitado que la prisión preventiva en su contra sea ejecutada en su domicilio y no en la cárcel, tras recibir amenazas de muerte en el penal de Rancagua. Esta solicitud fue presentada a través de un recurso de amparo ante la Corte de Apelaciones de Santiago, en el que sus abogados aseguran que el exfuncionario está expuesto a un alto riesgo dentro del centro penitenciario, dado su perfil y el tipo de acusaciones que enfrenta. Ante esto, Monsalve está imputado por delitos de violación y abuso sexual, motivo por el cual fue ingresado al penal de Rancagua, donde cumple la medida cautelar dispuesta por el 7° Juzgado de Garantía de Santiago. Sin embargo, según el escrito presentado, el exsubsecretario sería extremadamente vulnerable a ataques dentro de la cárcel debido a su rol como exresponsable de seguridad del país y la naturaleza de su caso, que involucra delitos de índole sexual. Asimismo, el recurso de amparo hace hincapié en un incidente ocurrido el 21 de noviembre, apenas 33 horas después de la llegada de Monsalve a la cárcel. Durante un traslado dentro del penal, el exsubsecretario fue objeto de una amenaza verbal por parte de Antonella Marchant, una de las líderes de la organización criminal Los Marchant, lo que habría incrementado la preocupación de su defensa por su seguridad. Las bandas y organizaciones con control sobre los recintos carcelarios tienen la capacidad de acceder a la vida e integridad de cualquier interno, y en el caso de Monsalve, eso lo hace un blanco fácil para ataques directos, señaló la defensa. Por este motivo, pidieron que se le permita cumplir la prisión preventiva en su domicilio o, en su defecto, en el recinto Capitán Yáber, un centro penitenciario sin la presencia de reclusos vinculados al crimen organizado. La solicitud de la defensa pone de relieve las tensiones dentro del sistema carcelario, especialmente en lo que respecta al tratamiento de personas involucradas en casos de alto perfil y la protección de su integridad física. Gendarmería de Chile, por su parte, tendría la potestad de implementar las medidas de seguridad necesarias, como el resguardo por parte de personal al interior o exterior del domicilio, para garantizar la seguridad del imputado. Finalmente, el recurso será evaluado por la Corte de Apelaciones en los próximos días, mientras Monsalve permanece en prisión preventiva a la espera de los avances en su proceso judicial.
El ministro de Justicia, Jaime Gajardo, negó que el exsubsecretario del Interior, Manuel Monsalve, enfrente riesgos de seguridad en la cárcel de Rancagua, donde fue trasladado tras ser acusado de delitos de abuso sexual, violación y violación tentada contra una funcionaria de Gobierno. Gremios de Gendarmería, como la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios (Anfup), advirtieron sobre posibles vulnerabilidades en el recinto penitenciario, citando un reciente intento de fuga y cuestionando la seguridad del establecimiento. Fuimos vulnerados por una cuchara, expresó el suboficial mayor César Guzmán en referencia al incidente. Sin embargo, el ministro Gajardo desestimó estas preocupaciones, afirmando que el informe técnico de Gendarmería avaló el traslado de Monsalve al módulo 86, un área destinada a imputados primerizos por delitos sexuales.Cada módulo está completamente aislado, lo que garantiza que no haya contacto entre reclusos de máxima seguridad y aquellos en el módulo donde está Monsalve, explicó. Finalmente, en el módulo 86, donde conviven cerca de 70 internos, Monsalve comparte celda con el exalcalde de Rancagua, Juan Ramón Godoy, y un excarabinero. Este sector alberga principalmente a exfuncionarios públicos y policiales, reforzando las condiciones de seguridad para los internos.
El suboficial mayor de Gendarmería y dirigente de la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios (Anfup), César Guzmán, expresó su preocupación por el traslado de Manuel Monsalve a la cárcel de Rancagua, donde, según el dirigente, existen serios riesgos de seguridad para el exsubsecretario del Interior. Monsalve, quien enfrenta acusaciones por abuso sexual, violación y violación tentativa en contra de una funcionaria del Gobierno, fue derivado al módulo 86 de este recinto, destinado a imputados primerizos por delitos sexuales. Ante esto, Guzmán detalló que el módulo, que alberga alrededor de 70 reclusos, incluye a algunos internos vinculados al crimen organizado, además de figuras de relevancia como el exalcalde de Rancagua, Juan Ramón Godoy. El dirigente denunció deficiencias en la mantención de la cárcel, a cargo de la empresa Siges, y señaló que recientemente se produjo un evento de fuga, donde un recluso logró escapar tras abrir su celda con una cuchara, lo que subraya la vulnerabilidad de la instalación. Cuando nos hablan de la cárcel de Rancagua como una prisión de alta seguridad, debemos recordar que la semana pasada fuimos vulnerados por una cuchara, afirmó Guzmán. Además, destacó que, debido a la presencia de internos vinculados al crimen organizado, Monsalve podría estar en peligro.No tenemos el personal adecuado para custodiarlo de forma directa, señaló, y enfatizó la carencia de recursos humanos para brindar una seguridad efectiva. Finalmente, el dirigente reiteró sus críticas hacia las condiciones del centro penitenciario, advirtiendo que cualquier intento de agresión contra Monsalve sería difícil de prevenir sin el personal necesario para ofrecer protección personalizada.